Ulises Laertíada

Poema de mi libro Poemario: “Sólo un sueño” Despertar una mañana con el sol alumbrando mi rostro y verte tendida a un lado de mí, eso sería un sueño convertido en realidad. Despertar una mañana soleada y un viento refrescante acariciando tu cara y meciendo tus cabellos y poder decir qué bien lo hemos hecho. Despertar una mañana atado a ti y tus brazos ciñéndome en fuerte abrazo, mirarnos de frente; fijamente nuestros ojos y decirnos lo que dicen los amantes cuando aman. Despertar una mañana sólo para volver a vernos, para poder volar un día más y compartir los días de nuestras vidas. Despertar una mañana con un deseo ferviente de ir corriendo a verte y al mirarte besarte largamente. Mas los días corren en vano cuando tu ausencia borra la felicidad de mi corazón y me priva de gozar tan bello amor. Sueños son los que tengo nada más, sueños que no matan ni mueren, sueños de amarte para siempre y que no pase un día sin verte.

Poema de mi libro Poemario: “Ella es”  Ella es el navío que recogió a un náufrago en altamar  y lo devolvió a su hogar.  Ella es el suspiro matinal que se hace al despertar, ella es el tiempo que llegará  y nuestro amor brotará. Ella es la frescura que renueva el aire,  ella es el agua que corre por los ríos. Ella es la estrella blanca más brillante en lontananza, ella es el fuego que quema mi piel. Ella es la mujer cuya voz es de miel,  ella es la doncella que a mí me arrulla. Ella no es fugacidad,  ella es eternidad, ella no es iniquidad, ella es mi dulce realidad.

Poema de mi libro Poemario: “Brillo en lontananza” Mis penas se calman al estar contigo, disminuye la tristeza por tus cariños,  la liberación absoluta encuentro en tu querer,  en el colmo de este amor he de residir.  Las mariposas alegres revolotean, en tu hermosa silueta curvada,  los astros del éter se hincan mostrando sus más fieles respetos. Tu voz; canto melódico en el ambiente, tus ojos; compuertas en el Universo, tu rostro; paraje verde primaveral,  tu sonrisa; la expresión sublime de mis días.  En mi soledad desespero por tenerte, en mis silencios te disfruto imaginándote, en medio del disturbio representas mi paz, mi Estrella del Norte por siempre brillarás.

Poema de mi libro Polvo Enamorado: “Corazonada”  Siento que algo maravilloso, algo hermoso y mágico está a punto de suceder, lo siento en mi corazón. El amor llama desde otras tierras, el amor me llama desde otro país, no sabía dónde se encontraba y a veces está tan lejos, tan lejos.  Como un olor a rosa, como un olor a mango fresco o al de una jugosa manzana siento en mi boca y aún no la toco. Qué extraños son los hados, no los comprendo, no logro descifrarlos, los significados se me escapan. Pero ya viene y no puedo equivocarme, el amor que me quiere y el amor que yo espero.

Poema de mi libro Polvo Enamorado: “Otros cantarán” Yo que canto aquí; con letras y palabras, yo que canto aquí con música y sonidos, yo que canto con una vieja voz que aún es dulce y fuerza no le falta. Seguiré cantando aunque me falten los sueños, seguiré cantando aunque me falten las ideas y aún cantaré a pesar de los pesares si la esperanza me falta. Voces que he escuchado y mucho me han dicho, melodías que antaño he oído y que no he olvidado, seguirán sonando aquí y resonando allá, donde el ruido se escuchará. Mi voz se apagará, mi canto desaparecerá,  acaso mi recuerdo quedará en quienes aquí cantarán.

Poema de mi libro Polvo Enamorado: “Cuando nuestras manos se toquen”  Cuando nuestras manos se toquen  ¿Qué ha de acontecer?  Acaso nueva luz surja de este mundo  y las tinieblas se alejen.  Cuando nuestras manos se toquen  no lo harán a tientas  como si estuvieran a oscuras,  sino que lo harán con un gozo hace tiempo ahogado.  Cuando nuestras manos se toquen  una nueva estrella habrá de nacer,  el cielo se teñirá de rojo  reflejando el color de nuestro amor.  Cuando nuestras manos se toquen.  ¿Lo has imaginado tanto como yo?  ¡Cuántas cosas no sucederán después!  ¡Nuestras vidas quedarán al revés!  Cuando nuestras manos se toquen,  finalmente sabremos que la espera habrá valido la pena,  que los días interminables de tristeza  echarán a volar como murciélagos en la alborada.